Nací en la isla de Gran Canaria, como mi madre, mi abuela, mi bisabuela... Yo lo hice en el año 1964. De mi padre, marino mercante como sus ancestros, heredé el salitre del mediterraneo, navegar y otra isla, la de Mallorca.

 

Crecí entre la ciencia y el arte, la historia y los misterios que, siendo para mi lo mismo, formaron parte de mis juegos. Los viajes en barco fueron también mi escuela y los cuadernos y los lápices de colores mis mejores deberes. La tranquila belleza del Mediterráneo cargada de historias antiguas y mitos extraños y la naturaleza imponente de las islas atlánticas, basalto, bosques de laurisilva, las cuevas pintadas y lugares sagrados, terminaron de despertar todos mis sentidos, incluso el sexto, el más afinado de los que aún poseo. 
 

Se me hizo fácil transitar otras realidades y pronto quise pintarlas. No hubo escuela ni facultad pero aprendí el oficio trabajando de aprendiz en los talleres de Maestros consagrados. Como si de un antiguo sacerdocio se tratase preparé lienzos, limpié pinceles, pulí zinc… Con el tiempo heredé conocimientos y técnicas… y pinceles y buriles con los que continuar mi viaje.

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